Lucas 5:1-10
Es difícil no sentirse defraudado al termina un año, sin que hayamos alcanzado aquellas metas que nos habíamos trazado. Pedro se sintió igual tras haber intentado pescar toda la noche, sin éxito alguno. Pero llegó Jesús y fue revelada razón; El maestro necesitaba esa barca en la orilla al amanecer, donde muchos serían salvos a través de un milagro que se contaría por generaciones.
No importa las veces que hayamos intentado, debemos avanzar con optimismo y fe buscando la perspectiva divina en cada paso, pues todo obra para bien a los que aprenden a esperar en el Señor. Cuando ejercitamos nuestra devoción con Dios entendemos que aún los fracasos tienen un propósito eterno.
Sus pensamientos para nuestra vida siempre serán más altos sus que los nuestros, aunque no entendamos el proceso.