PRG
Juan 12:9-11
Muchas veces el enemigo no podrá impedir que alcances tu milagro, pero una vez lo obtienes hará todo lo posible por sabotear el disfrute de tu bendición. A eso se debe que muchos empiezan muy bien su relación con Dios, pero más adelante pierden su primer amor.
Debemos aprender a sabotear al saboteador, a mantenernos batallando en el espíritu por defender y mantener todo aquello que Dios ha puesto en nuestras manos.
Un milagro de sanidad puede bendecir a una sola persona, pero este testimonio compartido tiene el poder de bendecir a muchos. Es por esta razón que Satanás intentará callarnos utilizando todas sus artimañas.
Una cosa es ser sanado y otra es permanecer en esa sanidad, una cosa es ser prosperado y otra cosa es mantenerse prosperando, caminando firme en estas bendiciones.
El enemigo es incansable y persistente en su afán de sabotear nuestra bendición, por eso usa estrategias que pone en marcha manipulando circunstancias y nuestras emociones. Debemos estar atentos e identificar el temor, el egoísmo, el pecado, la confusión o la ingratitud ya que cada uno de estos factores pueden dañar nuestra relación con Dios y nuestros hermanos, apagando con esto la fuente de nuestra bendición.
Cuidemos nuestra salvacion con temor y temblor. Seamos celosos de lo que Dios nos ha dado. Protejamos nuestro milagro o nuestra bendición, pues nadie puede guardarlo más que nosotros mismos.