PRG
2 Crónicas 15:2-8
Muchas veces los cristianos que realmente buscan de Dios se ven atribulados y por momentos sienten que el Señor les ha dado la espalda, pero al mismo tiempo se hacen una pregunta que no es para nada nueva, y es “qué está pasando con el pueblo de Jehová?”.
En oportunidades cuestionan al Altísimo con interrogantes como: ¿Dónde están las proezas? ¿Por qué no hemos visto milagros? ¿Han desaparecido las profecías? ¿Qué está pasando en estos tiempos?.
Hay un elemento al que el pueblo del Dios de dioses ha descuidado y quizá le ha restado importancia. Es la catapulta a muchos logros espirituales, pero en ocasiones la gente le mira con altivez, en otros casos los desecha, es inclusive es rechazado y desechado. Hablamos nada menos que de el predicador.
Quienes tienen la bendición de traer la palabra del Eterno son los encargados de fortalecer al pueblo o debilitarlo, le guían a la victoria o a la derrota, le llevan a las alturas o le dejan tirado en el suelo. Por eso es necesario entender que los predicadores son vitales para que el cristiano camine hacia su meta, propósito o bendición.
“Muchos días ha estado Israel sin verdadero Dios y sin sacerdote que enseñara, y sin ley, pero cuando en su tribulación se convirtieron a Jehová Dios de Israel, y le buscaron, él fue hallado de ellos”. 2da de Crónicas 15:3-4.
Aquí hallamos un ejemplo exacto, cuando Israel fue decayendo. Todo empeoraba y era por una razón, puesto que la fe es la victoria, y la fe viene por el oír, y el oír la Palabra de Dios.Por lo tanto si se remueve la palabra de Jehová, la profecía predicada y el púlpito, con ello se irá también la fe.
Así que no ponga en poco el sistema de victoria que nuestro Dios ha diseñado, que es enviarle Su Palabra por medio del predicador; valórele y obedézcale y ámele, porque es el encargado de levantar una generación que camine en contra de las tinieblas y las derribe en todo combate.