Jeremías 29:10-14
Jesús dijo yo soy la vid y vosotros los pámpanos, lejos de mi nada podéis hacer, por tanto es necesario que cada día procuremos estrechar más y más nuestra relación con Dios, pues de esta conexión con el Padre celestial dependerá mucha de la plenitud espiritual que disfrutemos en esta vida.
“Me buscaréis y me hallaréis porque me buscaréis de corazón”. Este era el mensaje de Dios a través de Jeremías a un pueblo derrotado, preso y cautivo, tanto física como emocionalmente. Los profetas habían huido, estaban bajo el yugo de los babilonios pero allí, en peor momento de sus vidas, allí los encontró el Señor para revelarles Su favor y Su misericordia. De igual modo en nuestro días Dios escoge al pecadorsin importar su condición para mostrar Su misericordia. Él solo requiere un corazón arrepentido que le busque y quiera tener una relación con Él para derramar Su gracia, Su misericordia y Su favor.
Santiago 4:8 dice “Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros”. Un llamado a acercarnos a Él, pero no solo a nosotros mismos , sino también a traer a otros ante Su presencia, porque ha puesto en nosotros el ministerio de la reconciliación.
La mayoría de las cosas que Dios demanda de Sus hijos tiene que ver con estos dos principios básicos en la vida del creyente, acercarnos a Él y traer a otros a Sus pies.
Lejos de Dios es imposible tener un matrimonio exitoso, lejos de Dios es imposible tener un negocio que prospere, es imposible ser feliz, ser provisto o caminar en bendición, porque Dios creó al hombre para habitar en él y caminar con Él.
La felicidad no depende de cuanto material hayas acumulado, sino cuanto tengas de la presencia de Dios en tu vida. Él es quien da sentido a todo lo que podamos lograr.